martes, 18 de octubre de 2011

Confirmada la participación del Prof. Dr. Carlos Eduardo Young (Brasil) en el Seminario sobre la Río+20.

El Profesor Dr. Carlos Eduardo Young disertará en el la segunda mesa del panel "Sector académico" el día 10 de noviembre, a las 17hs en el auditorio del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. 

El Prof. Dr. Carlos Eduardo Young es docente del Programa de Posgrado en Prácticas en Desarrollo Sostenible de la Universidad Federal Rural del Río de Janeiro (PPGPDS-UFRRJ).

En el video que sigue a continuación, el Profesor Carlos Eduardo Young diserta sobre la importancia económica de las unidades de conservación en Brasil. 

(Fuente: "O Eco" Reportagens) 

Vea abajo una nota sobre el estudio “Contribución de las unidades de conservación a la economía nacional”, co-presentado por el Prof. Dr. Carlos Eduardo Young.

Estudios muestran que las UC’s pueden generar miles de millones para la economía nacional

Brasilia (08/06/2011) – Mucha gente todavía ve a las Unidades de Conservación (UC’s) – parques naturales, reservas ambientales – como espacios improductivos, dedicados únicamente a la preservación de la naturaleza, sin cualquier beneficio directo para la sociedad. Lo peor es cuando esa idea es aceptada por sectores que deberían hacer fuerza a favor de unidades como, por ejemplo, gobiernos y el Parlamento.
En este caso, el resultado es conocido: las UC’s quedan de lado a la hora de recibir su porción del presupuesto y el País sigue perdiendo la oportunidad de disfrutar, con más eficiencia, uno de sus mayores bienes, el llamado “activo natural” o “capital verde”.
Para terminar de una vez por todas con ese punto de vista erróneo sobre el papel de las UC’s, los profesores Rodrigo Medeiros, de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (UFRRJ), y Carlos Eduardo Young, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), elaboraron el estudio “Contribución de las unidades de conservación a la economía nacional”.
En el estudio, lanzado esta semana durante un seminario en el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), en Brasilia, ellos demostraron que, bien trabajadas, las 310 UC’s federales y las 448 estatales, además de conservar la biodiversidad, que es su función principal, pueden generar miles de millones de reales, contribuyendo fuertemente al desarrollo nacional.
“El bosque no es problema, el bosque es solución”, dice Carlos Young, al explicar que el estudio busca sensibilizar principalmente a los llamados “tomadores de decisión” – Poder Ejecutivo federal, Congreso Nacional, gobiernos provinciales… - para invertir en la estructuración de las UC’s y aprovechar todo su potencial. “Conservar el bosque activa la economía, distribuye las ganancias y genera inclusión social”, reafirma.
El estudio duró dos años y medio, y fue bancado por el Centro de Monitoreo de Conservación Mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y por el Ministerio de Medio Ambiente. Contó con el apoyo técnico del Ipea y de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ).
Los investigadores se concentraron en el análisis del potencial económico de apenas cinco de los varios bienes y servicios provenientes de las unidades de conservación brasileñas: productos forestales, uso público, almacenamiento de carbono, agua y la repartición de ingresos fiscales.
Ese conjunto de servicios ambientales, al monetizarlos, valuados a su valor en efectivo, supera significativamente la cantidad de los recursos que han sido destinados por las administraciones públicas a la manutención del Sistema Nacional de Unidades de Conservación de la Naturaleza (Snuc).
PRODUCTOS FORESTALES – de acuerdo al estudio, solamente la producción de madera en partes en los bosques de la Amazonía, oriunda de áreas manejadas de acuerdo al modelo de concesión forestal, tiene la capacidad de generar, anualmente, entre R$ 1.200 millones y R$ 2.200 millones, más de lo que toda la madera nativa actualmente extraída en el País.
La producción de caucho solamente en 11 reservas extrativistas (resex) del bioma amazónico, evaluadas por los investigadores, resulta actualmente en R$ 16.5 millones anuales. La producción de castañas de Pará únicamente en 17 reservas extrativistas (resex) analizadas en la Amazonía tienen el potencial de alcanzar la cifra de R$ 39.2 millones por año.
En ambos casos, los profesores insisten en destacar, que los beneficios pueden ampliarse significativamente en caso de que las UC’s reciban inversiones para desarrollar su capacidad productiva.
VISITAS – el estudio revela que las actividades de visita en los 67 parques nacionales existentes hoy en Brasil pueden alcanzar entre R$ 1.600 millones y 1.800 millones por año, considerando estimativos de flujo de turistas proyectado para el País hasta el 2016, año de los Juegos Olímpicos. (alrededor de 13 millones de personas, entre brasileños y extranjeros).
La sumatoria de las estimaciones de visita pública en las unidades de conservación federal y provincial consideradas por el estudio indica que, si el potencial de las UC’s fuese adecuadamente explotado, cerca de 20 millones de personas visitarán esas zonas en 2016, causando un impacto económico de alrededor de R$ 2.200 millones ese año.
CARBONO – de acuerdo con los cálculos hechos por los profesores, la creación y manutención de las unidades de conservación en Brasil impidió la emisión de, por lo menos, 2.800 millones de toneladas de carbono, el equivalente a un valor estimado conservadoramente, según ellos, en R$ 96.000 millones.
“Considerando los límites del costo y oportunidad del capital entre 3% y 6% al año, se puede estimar el valor del ‘alquiler’ anual de almacenamiento de carbono, cuyas emisiones fueran evitadas por las UC’s, entre R$ 2.900 millones y R$ 5.800 millones por año”, citan los investigadores en una parte del documento.
AGUA – en relación a los diferentes usos del agua, el trabajo de los profesores fluminenses muestra que un 80% de la energía hidroeléctrica del País viene de fuentes generadoras que tienen, al menos, un afluente por debajo de las unidades de conservación.
Además, el 9% del agua captada para consumo humano es proveniente de unidades de conservación y el 26% oriundo sus afluentes. El 4% del agua utilizada para riego y agricultura viene de fuentes localizadas dentro o por debajo de las UC’s.
De los 1.164 emprendimientos de generación de energía hidroeléctrica otorgados o en construcción, computados durante el 2010, según la investigación, 447 (38,4%) están localizados por debajo de las unidades de conservación federales. Cerca del 34,7% del volumen anual constante de captación de agua son provenientes de fuentes localizadas dentro o en el entorno de las UC’s.
El estudio revela además que la manutención del 65% de la vegetación natural de una cuenca garantiza el 50% del volumen medio del río, y que las cuencas hidrográficas forestales tienden a ofrecer agua de mejor calidad de que las sometidas a otros usos, como agricultura, industria y asentamientos.
En la mayoría de los casos, la presencia de bosques puede reducir sustancialmente la necesidad de tratamiento para potabilizar el agua y, así, disminuir los costos asociados al abastecimiento de agua. Cerca de un tercio de las mayores ciudades del mundo obtienen una proporción significativa de uso de agua potable directamente de áreas forestales.
ICMS ECOLÓGICO – si por un lado la presencia de UC’s restringe la realización de ciertas actividades económicas, por otro lado estimula las iniciativas capaces de generar impacto positivo en las economías locales de municipios alejados de los grandes centros, dicen los autores del estudio.
En Brasil, recuerdan ellos, 14 estados aprobaron una legislación específica para la aplicación del ICMS Ecológico en sus territorios. Los criterios para las transferencias a los municipios y sus respectivos cálculos pueden variar en cada caso, pero uno de ellos, sin duda es la presencia de una unidad de conservación.
Así, mientras mayor es la extensión y el número de áreas protegidas en el municipio, mayor es la cantidad traspasada del ICMS Ecológico. Los ingresos adicionales aumentan el presupuesto municipal, provocando efectos directos sobre el desarrollo local.
En el 2009, de acuerdo con datos levantados por los investigadores, el mecanismo ICMS Ecológico garantizó la transferencia anual de más de R$ 400 millones para las administraciones municipales como compensación por la presencia de áreas protegidas en sus territorios.

(Fuente: Elmano Augusto, de Ascom/ICMBio, traducción no oficial de la Embajada)

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